Cómo saber invertir bien y tener éxito en los negocios y con las inversiones


En esta ocasión daremos algunos consejos y recomendaciones para ser un inversor con éxito y para llevar a cabo nuestros negocios de manera eficiente y minimizando dentro de lo racionalmente aceptable los riesgos, a fin de poder en el largo plazo tener los tan esperados frutos de nuestro esfuerzo y nuestro dinero invertido.
Por ser generales, estos tips para forjarse un espíritu inversor aplican tanto para quien desea invertir en oro, desarrollar un proyecto inmobiliario, crear su propia pyme o invertir en mercados financieros como el de las divisas, la inversión en commodities o el mercado accionario también conocido como la bolsa de valores.
Lo primero que hemos de considerar al respecto es que el inversor debe asumir la seriedad de su tarea y no tomarla como una mera actividad pasatista o un hobby. He comprobado que muchos inversores en divisas o en inversiones de alto riesgo toman su trading como si se tratase de una especie de juego de apuestas: de ese modo no prosperan.
Esto lleva a lo siguiente: es un buen consejo para un inversor asumir las cosas más responsablemente posible, para lo que deberá capacitarse: para tener éxito en los negocios hay que conocer el mundo en que se vive, cómo funcionan los mercados financieros, los factores políticos que influyen en la economía, cómo armar un plan de negocios, cómo invertir en acciones o en el mercado de futuros, etc.
En suma, aprender, y si se puede estudiar una carrera universitaria, mejor todavía, pues la universidad no es sinónimo de éxito como inversor o emprendedor de negocios o financiero, pero brinda más herramientas que pueden potenciar el talento natural y el espíritu inversor.
Saber invertir, además, es saber lidiar con el riesgo. Cuando uno no invierte y posee dinero ahorrado en efectivo, ese dinero se va desvalorizando paulatinamente, por ejemplo por la inflación. De manera que siempre es una sabia decisión invertir. Mas ¿en qué invertir? En lo que sea que se haya decidido invertir: tierras, monedas de oro, propiedades desde el pozo, divisas, maquinaria o acciones, siempre hay un riesgo inherente a la inversión.
Puede decirse que el riesgo de inversión es la contracara del éxito posible, o el precio a pagar por arriesgar algo de dinero en esos valores para obtener un beneficio o ganancia en el futuro. El inversor debe saber que hay inseguridades, conocerlas perfectamente y decidir antes de invertir qué riesgo está dispuesto a asumir, lo que depende de qué riesgo es razonable tener en ese tipo de inversión.
Por ejemplo, si se invierte en divisas, el riesgo puede ser grande, pero lo que el trader esté dispuesto a asumir depende más de lo que puede llegar a ganar -que es mucho- de lo que es razonable arriesgar en ese momento en las divisas que esté operando, pues si esto no se toma en cuenta se puede perder rápidamente lo invertido.
En el mundo bursátil, por su parte, los riesgos son menores, pero en un mercado más estable, en términos generales, si bien las compañías tienen desempeño y capitalización fluctuante y la volatilidad de las acciones operadas es también cambiante.
El espíritu del inversor debe poseer templanza ante los avatares signados por el riesgo de la inversión que ha elegido.
Una dosis de imaginación siempre es necesaria en el mundo de los negocios ¿qué nueva inversión puedo hacer? ¿qué negocio me dará más beneficios que el actual con menos dinero, menos riesgo o menos esfuerzo? ¿en qué me puedo adelantar a todos para invertir en una mejor posición relativa? son parte de las preguntas que los grandes inversores y las personas que han tenido éxito invirtiendo tienen cotidianamente en sus cabezas. La creatividad de las respuestas puede valer miles de dólares, pues en definitiva, siempre una gran idea o un gran negocio surge de la cabeza de un visionario en un momento cualquiera.
Prudencia es otra palabra que forma parte del vocabulario habitual de un inversor, no prudencia ante las oportunidades, sino la prudencia estratégica de no dejar un empleo antes de tener una buena plaza en otro sitio, pues el mundo de los negocios es muy parecido a una guerra de posiciones.
El manejo motivacional es fundamental también para toda persona que aspire a convertirse en un inversor de éxito: forjar la personalidad propia para afrontar las dificultades y no olvidar las metas de vida, de disfrute, familiares, de éxito, prestigio y autosatisfacción que siempre forman parte de la estructura subyacente de decisión de quien ha elegido ser un inversor o persona de negocios. La automotivación es un factor diferencial que el algunas personas forma parte de la personalidad y en otras debe realimentarse, para lo cual puede ser de utilidad conocer casos exitosos, ver videos con información real y volver a las fuentes, intelectuales, del origen de la decisión de invertir, del plan de negocios, etc.
Asumir la inversión como un factor también extra económico es parte de la vida del hombre de negocios que alcanza sabiamente sus metas: hay que saber que así como ocurre con esas personas que invierten en sí mismas en imagen, todos quienes emprendemos invertimos con nosotros mismos, con nuestro tiempo, nuestra vida, nuestros hijos y familia, postergando nuestra capacidad de disfrute, de descanso. Ello deberá ponderarse como parte del riesgo y pesar como un factor sensible donde pueden presentarse dificultades y demandas.
Ser racional: por más que a veces se intente dar una idea diferente, un inversor no es un intuitivo o una especie de iluminado, sin un individuo absolutamente racional que decide en función de información objetiva. Piénsese por ejemplo en cómo los grandes capitales se manejan con una extrema volatilidad debido a que quienes están detrás de ellos saben perfectamente dónde están los mayores beneficios y ganancias.
Del mismo modo, todo inversor que busque el éxito en sus finanzas y negocios, se trate ya de invertir en un pool de siembra, en un pequeño kiosko o en la bolsa de Nueva York, debe desarrollar un plan estratégico, analizar el mercado y tomar sus propias decisiones basándose en la mejor información de que pueda disponer.